Nuestras almas se corroen cuando los judíos defienden la ocupación - Mariyama Scott
Nuestras
almas se corroen cuando los judíos defienden la ocupación.
Mariyama Scott
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IfNotNow.org |
El lunes (14 de mayo de 2018), me uní a más de un
centenar de otros jóvenes judíos estadounidenses en Washington DC para
protestar contra el traslado de la embajada de Estados Unidos en Israel desde
Tel Aviv a Jerusalén. Mientras machábamos,
llegaron noticias de palestinos asesinados por francotiradores israelíes en la
cerca de separación de Gaza. Un desconcertante
número de 37 personas había muerto mientras bloqueábamos la Avenida
Pennsylvania cerca del Capitolio. Para
cuando terminó la protesta, el número de muertos había pasado a 40. Y al final del día, al menos 58 personas
habían sido asesinadas. Fue el día más
mortífero en Gaza desde la guerra de 2014 en Franja.
Mientras marchábamos,
bloqueamos el camino que conecta al Capitolio y a la Casa Blanca,
interrumpiendo a muchas personas sus traslados matutinos cotidianos. La policía de DC despejó las calles y dirigió
el tráfico a alrededor nuestro. Aunque
muchos de nosotros estábamos dispuestos a arriesgarnos a ser arrestados, nos
permitieron manifestar durante horas en la calle, cantando, coreando y alzando
nuestras voces en contra de la ocupación. Como judíos estadounidenses en su mayoría
blancos, tenemos la libertad de protestar sin temor por nuestras vidas.
Durante el último mes y
medio, los palestinos en Gaza han protestado cada semana cerca de la valla que
los mantiene atrapados en lo que esencialmente es una prisión al aire libre. Cada semana se han encontrado con
francotiradores que usan munición real para silenciar sus llamados a la
libertad. Más de 100 palestinos han sido
asesinados por soldados israelíes y miles más han resultado heridos, en
flagrante desafío al derecho internacional y a los valores de mi comunidad
judía.
Cuando protesté por la
violencia israelí hace unas semanas, fuera de un festival del Día de la
Independencia de Israel en San Diego, un hombre que llevaba a su pequeña hija
se acercó a nosotros mientras leíamos los nombres de los que habían sido
asesinados en Gaza. “¡Terrorista!”, Nos gritó mientras leíamos sus nombres.
No todos van tan lejos
como para gritar a otros judíos que están de luto por la pérdida de vidas
humanas. Pero demasiados en la comunidad
judía estadounidense [y otras en Latinoamérica] apoyan y ayudan a mantener la
ocupación israelí y, al hacerlo, apoyan las pesadillas cotidianas
experimentadas por millones de palestinos. Y demasiados comparten la opinión de Jared
Kushner y la Casa Blanca de que los palestinos son culpables de su propio
sufrimiento, de que los manifestantes muertos o heridos por fuego directo
indiscriminado deberían haberse quedado en casa en lugar de manifestarse por
sus derechos más básicos.
Cuando me manifesté
ayer, me embargó la emoción. Sentí pena,
por las vidas tomadas en Gaza. Y al
mismo tiempo, sentí orgullo y esperanza al estar marchando y cantando con
judíos de todo Estados Unidos, pidiendo el fin de la ocupación. Durante demasiado tiempo, judíos y palestinos
se han enfrentado unos a otros. Ya es
hora de que la comunidad judía se dé cuenta de que la violencia nunca nos
mantendrá a salvo.
A medida que el núcleo
judío-estadounidense se ha enfocado más intensamente en apoyar a Israel, me ha
quedado claro que cuando los judíos se convierten en instrumentos y partidarios
de la opresión, eso corroe nuestra alma. La deshumanización que se requiere para creer
que la ocupación está justificada está consumiendo nuestra moral. El odio que escuché en la voz del hombre que
nos dijo que manifestantes, periodistas y niños éramos terroristas fue tan
fuerte que retrocedí. Lloro por los
asesinados en Gaza, y por este hombre y su hija pequeña, y por todos los que
creen que la violencia es el camino hacia la paz.
Privar a las personas
de los derechos humanos básicos, demoler sus hogares y asesinarlos
indiscriminadamente no puede, no tiene y no nos mantendrá a salvo. No puede haber paz en ausencia de justicia. Nuestra tradición judía nos enseña que la vida
es sagrada; ya es hora de rechazar la deshumanización y abrazar el llamado a la
libertad y la dignidad para todos. El
futuro de judíos y palestinos depende de eso. En palabras de la poeta judía estadounidense
Emma Lazarus: "Hasta que todos seamos libres, ninguno de nosotros es
libre".
Mariyama Scott es una líder de IfNotNow, un movimiento de jóvenes
judíos estadounidenses que trabajan para poner fin al apoyo de la comunidad
judía estadounidense a la ocupación.
Artículo de opinión originalmente publicado en The Guardian el 15 de mayo de 2018 como
“The past is beyond us”, https://www.theguardian.com/commentisfree/2018/may/15/jewish-american-occupation-corrodes-our-souls.
Traducción: José Hamra Sassón.
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