Cuatro días y contando - Carolina Landsmann


Cuatro días y contando
Carolina Landsmann
20 de octubre de 2019

El primer ministro Benjamin Netanyahu tiene hasta este jueves 24 de octubre antes de que se le termine el tiempo que le dio el presidente Reuven Rivlin para formar un nuevo gobierno. Hasta donde se sabe, Netanyahu no ha logrado reunir a los 61 miembros de la Knéset necesarios para formar una coalición gubernamental. Se espera que Rivlin no le otorgue la extensión de dos semanas que la ley permite para continuar sus esfuerzos. Esto significa que, dentro de cuatro días, por primera vez desde que Ehud Olmert renunció en 2008 y Tzipi Livni recibió la oportunidad de formar un gobierno - y falló - alguien distinto a Netanyahu recibirá el mandato para establecer un nuevo gobierno en Israel. Esa persona se llama Benny Gantz.

Crédito: ODED BALILTY / POOL / AFP

Es difícil exagerar la importancia de este momento, si es que llega a suceder. ¿Quién recuerda cómo era Israel antes de Netanyahu? Los jóvenes no recuerdan un momento en que el primer ministro no era Netanyahu. La época anterior a Netanyahu descansa en lo más hondo de nuestros recuerdos. Es por eso que, hasta que la tarea de formar el gobierno se le retire a Netanyahu, no tiene ningún valor real especular sobre la estructura de la nueva coalición o evaluar las futuras acciones del resto de los políticos. El control de Netanyahu sobre la estructura de poder en Israel es tan profundo que todo lo que sabemos sobre los actores políticos, o el espacio para las posibilidades políticas, se matiza a través de su filtro. Hasta que Netanyahu sea retirado del poder, no podremos ver adecuadamente el cuadro político en Israel.
Es costumbre citar las imágenes que sirvieron a Amos Oz después de las elecciones de 1999, en las que Netanyahu perdió ante Ehud Barak. Oz comparó la partida de Netanyahu con un compresor debajo de la ventana que deja de molestarte. Pero no podemos olvidar que el ruido que hace el compresor es solo un subproducto de su propósito real. Netanyahu, el compresor, proporcionó la energía que energizó a todos los jugadores en la arena política de Israel. Una vez que se vaya sabremos cuál es la verdadera fuerza del resto de los políticos.
Puede ser inevitable que el procurador general Avijai Mendelblit esté tachando los días en la cuenta regresiva que ha creado en su mente; marcando en el calendario cada día que pasa hasta que Netanyahu se deslice desde las alturas del poder. El 2 de octubre concluyó la audiencia que se celebró para que Netanyahu atestigüe; se espera que la decisión sobre los casos penales en contra del primer ministro se anuncie en las próximas semanas. No es lo mismo decidir presentar una acusación contra Netanyahu cuando tiene el poder en sus manos para establecer un gobierno, que cuando este mandato ha sido entregado a otra persona. Sin lugar a dudas, los políticos, al igual que el público, responderán de manera diferente a la decisión de Mendelblit dependiendo de quién en ese momento tiene la tarea de formar el próximo gobierno, Netanyahu o Gantz.
La lógica dice que si Mendelblit se inclinara por no acusar a Netanyahu de soborno en el caso 4000 de Bezeq-Walla (en otras palabras, si tuviera la intención de reducir la gravedad de los cargos en su contra), lo habría hecho mientras Netanyahu seguía siendo el candidato para establecer el próximo gobierno. Después de todo, si se retira el cargo en su contra de haber aceptado sobornos, es razonable suponer que fortalecerá a Netanyahu, lo que le facilitará formar un gobierno y evitar el escenario de una segunda elección repetida.
Si juzgamos por las acciones de Netanyahu, está esperando a que eso suceda. Recuerde, en su reunión con Rivlin de hace tres semanas, Netanyahu anunció que tenía la intención de informarle al presidente, unos días después, que no formaría un gobierno. Pero por el momento no lo ha hecho. ¿Qué ha cambiado? ¿Cuál es la lógica en agotar el tiempo y esperar hasta la fecha límite?
El escenario de la caída de Netanyahu tiene dos condiciones y etapas necesarias: Gantz recibe el mandato para formar el próximo gobierno, y Mendelblit decide presentar acusaciones, incluidas las de soborno. Hasta entonces, recomiendo ver tres series dramáticas: “The Likudniks”, “Incitement” y “Our Boys”. Juntas esbozan una retrospectiva sobria de los indecorosos días de Netanyahu, y proporcionan un recordatorio de la urgente necesidad de rescatar a la sociedad israelí de su dominio.

Publicado en Haartez el 20 de octubre de 2019 como “Four Days and Counting” en https://www.haaretz.com/opinion/.premium-four-days-and-counting-1.8009448

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