Trascender el pasado en Israel/Palestina - Gershon Baskin
Trascender el pasado
en Israel/Palestina
Por Gershon Baskin
Algún día nosotros
(israelíes y palestinos) podremos tratar de comprender que la verdad que
apreciamos, que es una verdad diferente de la verdad del otro, también tiene
cierta validez.
Abbas y Netanyahu (Foto de: REUTERS) |
En respuesta al discurso del presidente de la Autoridad
Palestina Mahmoud Abbas en la reunión del Consejo Central de la OLP, el primer
ministro Benjamín Netanyahu dijo: “Expuso todo lo que hemos estado diciendo,
que la raíz del conflicto es la negativa básica a reconocer un Estado judío, en
cualquier frontera”.
Abbas no dijo nada nuevo. Él no es sionista y nunca ha reconocido la
legitimidad del sionismo. Por cierto,
tampoco lo hicieron Anwar Sadat, o el Rey Hussein o Mohammed bin-Salman, y ni
siquiera Abdel Fattah Sisi.
Cuando era joven mi “biblia” fue
el libro La idea sionista (The Zionist Idea), una colección de
ensayos de los principales pensadores sionistas, editada por Arthur
Hertzberg. Tiempo después descubrí que
los árabes leían libros diferentes. Los
árabes, ciudadanos del Estado de Israel y en todos los países árabes en el
Medio Oriente, nunca aceptaron mi versión de la historia. Siempre han creído que el sionismo fue una
conspiración colonialista occidental y que el antisemitismo cristiano europeo
era la fuerza impulsora detrás del sionismo.
Su versión de la historia también
se basa en hechos, desde la identidad judía de Herzl conmocionada por el caso
Dreyfus, hasta la propuesta en el Congreso Sionista para aceptar a Uganda,
incluyendo el Holocausto y la negativa de Occidente a rescatar a los judíos
para evitar la "solución final" de Hitler. Los árabes nunca creyeron en una identidad
nacional judía -un sentido de pertenencia a lo
judío como pueblo- como la fuerza impulsora detrás del sionismo, junto con
miles de años de interminable conexión con la Tierra de Israel y Jerusalén.
En 1988 fundé IPCRI (Israel
Palestine Center for Research and Information) como un think tank de política pública israelí-palestino destinado a promover
la solución de dos estados. En el
documento fundacional establecí que los palestinos probablemente nunca estarían
preparados para aceptar el derecho moral de Israel a existir. No creo que
estuviera equivocado, ni he sido ingenuo al promover la idea de una solución de
dos estados sin obtener la legitimidad moral de mi existencia nacional en el
Estado de Israel.
Lo que pensé que era posible
entonces - y lo sigue siendo ahora – es obtener por parte de los árabes el
reconocimiento del derecho a existir de Israel y una disposición a vivir en paz
junto a – y no en lugar de – Israel. Es por eso que no me sorprendió en absoluto
cuando Yasser Arafat escribió a Yitzhak Rabin que “La OLP reconoce el derecho
del Estado de Israel a existir en paz y seguridad”.
En ese momento, el Estado de
Israel debería haber respondido con reciprocidad y debería haber reconocido el
derecho del Estado de Palestina a existir en paz y seguridad. En cambio, Israel escribió: “El Gobierno de
Israel ha decidido reconocer a la OLP como el representante del pueblo
palestino”.
Incluso después de reconocer el
derecho de Israel a existir, los palestinos no reconocieron que Israel es el
Estado-nación del pueblo judío, que reconocería el derecho moral del pueblo
judío de establecer su Estado en la tierra que ellos creen que es suya, robada a
ellos por los judíos. Es poco probable
que esto cambie alguna vez. ¿Eso
significa que la paz nunca existirá paz, como parece decir Netanyahu? Yo no lo creo.
Desde hace mucho tiempo he dicho que
los judíos y los árabes probablemente nunca podrán ponerse de acuerdo sobre la
historia. Esto no significa que no
puedan ponerse de acuerdo sobre el futuro. Estos son dos asuntos completamente
diferentes. ¿Los judíos podrán alguna
vez asumir la responsabilidad de la Nakba
que demandan los palestinos? Probablemente
no. ¿Estados Unidos alguna vez asumirá
su responsabilidad histórica por la masacre de los nativos americanos y su
responsabilidad moral de compensarlos adecuadamente por sus pérdidas? Probablemente no. ¿Esto elimina la legitimidad de Estados
Unidos? ¿Alguien realmente cuestiona el
derecho de Estados Unidos a existir?
Israel existe. Israel es fuerte, Israel es seguro. Israel tiene la capacidad de defenderse a sí
mismo y de proporcionar a su gente una buena vida. Israel no se va a ningún lado. Incluso Ze'ev
Jabotinsky, el líder del campo nacionalista en el movimiento sionista, escribió
en noviembre de 1923:
“Considero totalmente imposible
expulsar a los árabes de Palestina. Siempre
habrá dos naciones en Palestina, lo cual es lo suficientemente bueno para mí,
siempre que los judíos se conviertan en la mayoría [...] Mientras los árabes
sientan que hay una mínima esperanza para deshacerse de nosotros, se negarán a
renunciar a esa esperanza a cambio de palabras amables o de pan y mantequilla,
porque no son una chusma, sino un pueblo vivo.
Y cuando un pueblo vivo se rinde
en asuntos de un carácter tan vital, es solo cuando ya no hay ninguna esperanza
de deshacerse de nosotros, porque ellos no pueden abrir brecha en el muro de
hierro. Hasta entonces no dejarán de
lado a sus líderes extremistas, cuya consigna es ‘¡Nunca!’ [...] y el liderazgo
pasará a los grupos moderados, que se acercarán a nosotros con la propuesta de
que ambos accedamos a concesiones mutuas. Entonces podemos esperar que ellos discutan
preguntas honestamente prácticas, como una garantía contra el desplazamiento
árabe, o la igualdad de derechos para los ciudadanos árabes, o la integridad
nacional árabe”.
Meretz no escribió estos párrafos. Fueron escritos por la persona que inspiró a los
líderes de quienes crearon el partido Likud [que hoy encabeza Benjamín
Netanyahu].
En noviembre de 1988, Yasser
Arafat declaró independencia y leyó la Declaración de Independencia de Palestina,
escrita por el poeta nacional palestino Mahmoud Darwish, y los palestinos
acordaron entrar en un proceso de paz con Israel que se basaría en una solución
de dos Estados a lo largo de las “líneas de 1967”. Esta fue la victoria final del “Muro de
Hierro” de Jabotinsky.
Jabotinsky habría reconocido que
los palestinos no aceptaban el sionismo o el derecho moral del pueblo judío a
existir y, aun así, esto no habría estado en el centro de las negociaciones
dirigidas por él con Arafat o con Abbas.
No, señor Netanyahu y pueblo de
Israel, Abbas no reescribió la historia. Su historia nunca fue la misma historia que
leímos. Lo mejor que podemos esperar es
que en algún momento en el futuro estemos dispuestos a leer la historia de cada
uno sin la visión absolutista de que nuestra versión de la historia es la única
real. Algún día nosotros (israelíes y
palestinos) podremos tratar de comprender que la verdad que apreciamos, que es
una verdad diferente de la verdad del otro, también tiene cierta validez. Una vez que hayamos superado la necesidad de
reconciliar el pasado, una vez más debemos enfocar nuestras energías en llegar
a acuerdos con respecto a nuestro futuro, y eso es esencialmente mucho más
importante para todos nosotros.
Gershon Baskin es el fundador y copresidente del IPCRI - Israel Palestine Creative Regional
Initiatives (www.ipcri.org). Su nuevo libro In Pursuit of Peace in Israel and Palestine (En busca de la paz en Israel y Palestina) -2017- ha sido publicado
por Vanderbilt University Press.
Artículo de opinión originalmente publicado en The Jerusalem Post el 17 de enero de
2018 como “The past is beyond us” http://www.jpost.com/Opinion/The-past-is-beyond-us-537035.
Traducción: José Hamra Sassón
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